Por todo ello, nuestra producción es limitada. Nuestro nivel de exigencia es muy alto y es por ello que tardamos algún tiempo en sacar adelante la primera añada. Pero hemos implementado un sistema propio de cultivo, controlamos todo el proceso, seleccionamos las cosechas, y así, finalmente, pudo ver la luz Patojo 2015, el primero de los vinos de nuestro Patrimonio Monastrell.